Estrellas Dodecaédricas

Icosaedro tallado según simetría dodecaédrica, con curvas basadas en el número áureo.

Mármol de Carrara, 11 cm diámetro

Vista desde el vértice

Ambas obras lucen atractivas y estimulantes a la vista, tanto por lo exótico como por el destaque de una superficie con sinuosidad armónica, que responde a un patrón establecido, pero que no es identificable de inmediato el tipo patrón que lo ordena. Esto lleva a una segunda inspección más de cerca, moviéndolo entre las manos a fin de seguir los trazos compositivos de su principio hasta su término a fin de identificar el recorrido y de cómo el resto de los trazos idénticos en su finalidad, armonizan para dar formas simétricas que ocupan toda la superficie del poliedro sin dejar espacios libres ni tampoco líneas ajenas al conjunto.

 

Vista desde la arista
Vista desde su cara

Los trazos establecen figuras identificables según desde donde se mire, como en el caso de Nubes Icosaédricas, las cuales cambian su aspecto según se mire desde una cara, un vértice o una arista. Si se mira una cara el patrón parece un remolino; en cambio desde la arista se identifica que el patrón compositivo responde al perfil de una espiral de tres brazos, y que en cada una de sus puntas confluyen otras cuatro espirales más, sin dejar espacios libres, llenando íntegramente el volumen. Para el caso de Estrellas Dodecaédricas, el patrón se aprecia desde el vértice, que consiste en una espiral de cinco brazos, a modo de estrella, que llenan el espacio icosaédrico por completo.